ECOS DE USUARIOS: JULIA Y LOS ORDENADORES
Afrontar nuevos retos, adquirir nuevos conocimientos, conocer a otras personas… Son muchas las recompensas que nos da abrirse a neuvas experiencias; incluso si hablamos de un simple ordenador.
De eso y de la vida trata el nuevo artículo de Julia Larrauri, que hoy compartimos con todas y todos vosotros.
JULIA Y LOS ORDENADORES
He estado hablando con Amalia y me ha animado para que prepare un escrito contando lo bueno que es el participar en las cosas que hay a nuestro alrededor y no sabemos aprovecharlas.
Llevaba tiempo dándole vueltas al tema de la informática y los ordenadores, pero eso de tener un ordenador en casa me daba un poco de miedo porque no sabía manejarlos y no sabía si iba a poder aprender. Yo ya había probado a usar un ordenador en “Saregune” y me gustó mucho así que mi madre habló con Amalia a ver si de alguna manera, bien apuntándome a un curso o buscando una persona de apoyo podía quitarme la espinita de la informática. Y así aprendí que en los Centros Cívicos hay salas con ordenadores para que la gente los pueda usar. Empecé a ir el 24 de Enero del 2011al Centro Cívico el Pilar que hay un servicio de Informática gratuito y se puede ir cuando se desee. Yo iba con Elena que me ayudaba y me enseñaba todo lo que me interesaba, pero especialmente a escribir y redactar las cosas que he vivido y si dios quiere hacer un libro… Al final el responsable, que se llamaba Gorka, y que no estaba acostumbrado a ver gente como yo se hizo nuestro amigo. Su labor era atender a la gente y decirle el tiempo que tenías que esperar, darte la tarjeta que tiene un tiempo de duración y activarte el ordenador. Al año siguiente por la misma fecha ya había nacido una bonita amistad entre los tres, y a día hoy de las pocas veces que nos vemos nos queremos mucho los tres. Después de dos años yendo casi a diario por fin me atreví a tener un ordenador portátil. Elegí uno portátil porque para mis manos es mucho más fácil de manejar y no me tengo que pelear con el ratón que era lo que más me costaba.
Os animo a todos a que probéis ya que es muy gratificante. Además al ir a sitios donde normalmente no vamos aunque al principio nos miran raro luego se acostumbran y nos saludan y nos hablan como uno más.
Un saludo,
Julia Larrauri Díaz