ECOS DE USUARIOS: “UN VIRUS MUY JODIDO” POR JULIA LARRAURI
Tristemente, el Covid-19 sigue marcando nuestras vidas. Como dice Julia Larrauri en el relato que ha querido compartir con nosotros, “el bicho no está por la labor de marcharse”. Aunque el coronavirus está condicionando nuestro día a día, Julia nos da algunas pistas para poder seguir disfrutando de la vida sin poner en riesgo la propia ni la de los demás.
Sus impresiones complementan las de algunos de sus compañeros y compañeras que participaron el pasado mes de julio en la iniciativa “Un mundo, una amenaza, un reto” cuyo objetivo es agrupar testimonios de la pandemia del Coronavirus de personas de todo tipo.
Soy Julia, tengo 60 años y vivo con Pedro
que tiene 64 años y es mi pareja desde hace 20 años.
Somos personas con discapacidad intelectual y estamos jubilados.
Nos disfrazamos en Carnaval.
Fue lo último que disfrutamos antes de que el virus aparecería.
Íbamos a celebrar una comida y un pequeño viaje a Madrid.
Era el regalo de nuestras familias por nuestro aniversario.
Todos estábamos muy felices esperando el 16 de mayo.
Tuvimos que cancelar todo por culpa del jodido bicho como lo llamo yo.
Desde entonces estoy muy triste por dentro.
Han cambiado nuestras vidas para siempre.
Yo creo que el bicho no está por la labor de marcharse.
Está de nuevo haciendo de las suyas y llevándose otra vez a los más débiles.
Toda la culpa no es del virus.
Hay mucho imbécil que se salta las normas a la torera.
Me siento muy vacía de afecto y besos con mis seres queridos.
Era horrible salir a la calle y no ver niños en los parques.
Nuestro perro nos preguntaba porque no íbamos de paseo como siempre.
Él era el que más veces salía de casa para hacer sus necesidades.
¿Cómo podíamos explicar lo del virus? también le puede atacar a él.
En la última revisión su veterinario nos dijo que estaba muy sano
y le puso la vacuna de todos los años.
Nos preguntó si lo íbamos a sacar fuera de Vitoria
porque si salíamos le tenía que poner la vacuna de la rabia.
Este año no salimos, nos quedamos en Vitoria.
No ha sido todo tan malo.
Hemos hecho otras cosas que nos han permitido tener la mente ocupada.
La sorpresa ha sido Pedro que ha mostrado su habilidad con los mándalas.
Yo he aprendido a ser más tranquila y a tener menos genio,
a reír las gracias que hace Pedro.
He escrito dos cuentos.
He echado mucho de menos la piscina con Mario y el grupo de envejecimiento
Aunque haya compañeros que a veces me ponen mala porque no hablan.
Nuestra persona de Apoyo de Autogestores nos llamaba
para saber cómo lo estábamos pasando.
Nos pasaba libros de lectura fácil y luego los comentaba con ella.
Me reí mucho con el libro de “La principita”
que termina pareciéndose a Harry Potter con las gafas y el sombrero de mago.
Esto es lo que yo he sentido en todo este tiempo.
Ahora puedo disfrutar a tope con mis compañeros de autogestores.
Julia Larrauri