LOS FAMILIARES DE PERSONAS CON DISCAPACIDAD INTELECTUAL AUMENTAN SU PARTICIPACIÓN EN LA ASOCIACIÓN
Apdema somos una asociación creada hace 60 años por padres y madres de personas con discapacidad intelectual. Y, a pesar de los enormes cambios sociales vividos en este tiempo, no queremos ni podemos perder nuestra identidad netamente familiar.
Desde siempre, en nuestra asociación hemos ido desarrollando modelos de calidad de vida individual pero también de vida familiar. En 2020 concluimos el Estudio de necesidades de las familias y personas con discapacidad intelectual asociadas con el objetivo de detectar claves de mejora y adecuación de los servicios. Como resultado, apenas 12 meses después, la participación familiar ha sufrido un importante impulso en nuestra asociación con la creación de hasta cinco grupos estables de participación en Vitoria-Gasteiz y el Valle de Ayala.
En concreto, en Vitoria-Gasteiz contamos actualmente con 3 grupos de familiares, el Grupo de madres y padres, el Grupo de hermanas/os y cuñadas/os y el Grupo de Bienestar. Mientras que en el Valle de Ayala se han consolidado tanto el Grupo de madres y padres como el de Bienestar.
Como nos informa Janire Larrazabal, responsable del servicio de psicología de Apdema, “Los grupos de madres y padres y de Hermanas/os y Cuñadas/os son grupos de apoyo mutuo con la finalidad de afrontar situaciones, adquirir estrategias, conocer otras perspectivas, obtener información, apoyo emocional, romper el aislamiento, conocer a otras familias, etc. Son grupos dinamizados en los que las propias familias puedan ser fuente de apoyo entre ellas. Mientras que los grupos de Bienestar están dirigidos al familiar con la finalidad de que puedan disponer de un espacio para poder cuidarse ellos mismos. Los contenidos del grupo están enfocados al mindfulness (disfrutar del momento presente, atención plena), relajación, meditación, etc.”.
Además de servir de apoyo mutuo, compartir experiencias y cuidarse, los grupos de familiares de Apdema están permitiendo que Apdema avance en el ejercicio efectivo de los derechos de las familias en todos los ámbitos de la vida; a poner en valor, reconocer lo que son y la contribución que hacen las familias de personas con discapacidad en nuestro colectivo y en la sociedad; a fomentar su participación en el movimiento asociativo y a garantizar el relevo en el liderazgo de un modelo de organización social de base familiar que necesitamos defender y promover.